EL INVESTIGADOR WALTER PENGUE DEBATE SOBRE AGRICULTURA, MEDIO AMBIENTE Y ECONOMIA
“Se está perdiendo la soberanía alimentaria de los pueblos”
Lleva años estudiando en el ámbito académico tópicos que recién ahora salen al debate público: los problemas ecológicos de la producción agropecuaria, el consumo, la crisis alimentaria, la economía y los costos naturales. “La Argentina es un gran territorio que no estamos sabiendo ocupar ni monitorear, ni manejar”, advierte.
Por Walter Isaía y Natalia Aruguete
–¿Cuál es la relación entre la crisis alimentaria en algunos países y la crisis financiera internacional?
–La población mundial tiene unos 6600 millones de habitantes. Existen modelos agrícolas que alimentan a esa población, prácticamente al 30 por ciento cada uno. Uno de esos modelos es la agricultura industrial que provee a los países desarrollados y a las grandes ciudades de los países en desarrollo, como la Argentina, Brasil, etc. Allí sí puede pensarse en una crisis alimentaria, vinculada con el flujo de alimentos y con el consumo en esos escenarios. Pero hay una gran parte del mundo que tiene una agricultura menos intensiva, de base campesina, de modelo agroecológico y desarrollo local de los productos que no vio pasar la crisis.
–¿Por qué no los afectó?
–Porque esa agricultura está vinculada con la gente: el intercambio es entre personas y no entre puertos y fluyen a través de sistemas de intercambio diferentes de los de los traders cerealeros, que son los que suben el precio de los alimentos y crean las crisis. Lo que se está perdiendo, en realidad, es la seguridad y la soberanía alimentarias de los pueblos. Si dejamos que el intercambio siga estando en manos de los grandes comercializadores de alimentos sí vamos a una crisis, pero de apropiación. La agricultura de base campesina podría triplicar su producción con apoyo tecnológico aplicado. Podríamos nutrir a muchos mediante una agricultura más independiente. Pero muy pocos se dedican a investigar para esos productores.
–¿Es posible diferenciar las reglas de juego entre las grandes comercializadoras y los pequeños productores y campesinos?
–Necesitamos más Estado que intervenga en los mercados, apoyando a las pequeñas economías de desarrollo agrícola y de pequeños y medianos productores, cuya producción apunta más a los mercados locales que a la exportación. Lo que hay que discutir es que las retenciones de los productos que se exportan no las terminen pagando los agricultores. Porque los traders lo único que hacen es tomar lo de los agricultores. (continúa) (leer el artículo completo clckando aquí)
“Se está perdiendo la soberanía alimentaria de los pueblos”
Lleva años estudiando en el ámbito académico tópicos que recién ahora salen al debate público: los problemas ecológicos de la producción agropecuaria, el consumo, la crisis alimentaria, la economía y los costos naturales. “La Argentina es un gran territorio que no estamos sabiendo ocupar ni monitorear, ni manejar”, advierte.
Por Walter Isaía y Natalia Aruguete
–¿Cuál es la relación entre la crisis alimentaria en algunos países y la crisis financiera internacional?
–La población mundial tiene unos 6600 millones de habitantes. Existen modelos agrícolas que alimentan a esa población, prácticamente al 30 por ciento cada uno. Uno de esos modelos es la agricultura industrial que provee a los países desarrollados y a las grandes ciudades de los países en desarrollo, como la Argentina, Brasil, etc. Allí sí puede pensarse en una crisis alimentaria, vinculada con el flujo de alimentos y con el consumo en esos escenarios. Pero hay una gran parte del mundo que tiene una agricultura menos intensiva, de base campesina, de modelo agroecológico y desarrollo local de los productos que no vio pasar la crisis.
–¿Por qué no los afectó?
–Porque esa agricultura está vinculada con la gente: el intercambio es entre personas y no entre puertos y fluyen a través de sistemas de intercambio diferentes de los de los traders cerealeros, que son los que suben el precio de los alimentos y crean las crisis. Lo que se está perdiendo, en realidad, es la seguridad y la soberanía alimentarias de los pueblos. Si dejamos que el intercambio siga estando en manos de los grandes comercializadores de alimentos sí vamos a una crisis, pero de apropiación. La agricultura de base campesina podría triplicar su producción con apoyo tecnológico aplicado. Podríamos nutrir a muchos mediante una agricultura más independiente. Pero muy pocos se dedican a investigar para esos productores.
–¿Es posible diferenciar las reglas de juego entre las grandes comercializadoras y los pequeños productores y campesinos?
–Necesitamos más Estado que intervenga en los mercados, apoyando a las pequeñas economías de desarrollo agrícola y de pequeños y medianos productores, cuya producción apunta más a los mercados locales que a la exportación. Lo que hay que discutir es que las retenciones de los productos que se exportan no las terminen pagando los agricultores. Porque los traders lo único que hacen es tomar lo de los agricultores. (continúa) (leer el artículo completo clckando aquí)
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