Habemus Imperatur

Ahora empieza lo bueno

Bueno, terminó el circo de las elecciones norteamericanas. ¿Cambiará algo para nosotros con Obama en la Casa Blanca? Yo creo que sí. En principio, creo que se está terminando la época de los payasos hijos de puta. Una época basada en las mentiras más increibles sólo con el objetivo de crear temor y poder instaurar políticas de terror y de control poblacional. Mentiras que llevaron al mundo a ser más peligroso, que llevaron muerte y destrucción a hogares inocentes, que llevaron los negocios mafiosos a alturas institucionales. Mentiras que permitieron que delincuentes insanables coptaran el poder institucional mundial.

¿Podrá Obama terminar con todo esto? ¿Tendrá también él un sueño, como Martin Luther King? Creo que no. Se lo ve pragmático y deberá hacer uso de toda su energía para el slalom que le espera en los primeros días. ¿Cómo responderá a los industriales de la guerra? ¿Abandonará Afganistan e Irak? ¿Cancelará las leyes vergüenza que impusieron el bloqueo a Cuba? ¿Cómo hablará a Iran, Palestina e Israel? ¿Seguirá dando dinero fresco a los bancos, o pondrá en práctica alguna medida para salvar a la gente engañada por los estafadores de guante blanco?

No es un revolucionario, pero que un afro-americano sea hoy presidente de los EEUU es ya de por sí toda una revolución. No es socialista, pero se espera –lo prometió—una atención mayor al welfare. ¿Los pobres de toda esperanza que llenan las calles de EEUU lo creen? Quizás no. Es muy posible que nada cambie. Quizás sólo las maneras serán más amables, quizás hará un uso mayor de la diplomacia, pero ya se advierten en algunas de sus palabras una tendencia a un mayor proteccionismo interno. Para defender puestos de trabajo EEUU alzará barreras aduaneras. Entonces, ¿China qué hace con sus papelitos pintados de verde? ¿Qué hará Europa sin su comprador principal? Posiblemente, con una imagen más cordial, con movimientos diplomáticos más gentiles, Obama será el principal activista de la exportación de la crisis desde el centro a la perifería. Seguro, hará de todo para salvar de la bancarrota su país, pero para realizarlo deberá hundir al resto del mundo.

Y en este resto del mundo, quien hoy está festejando su ascensión como Emperdor mundial no piensa dar respuestas a esta preguntas. Espera, como siempre, que el bienestar llegue por derrame. Espera que algún día, si nos portamos bien, si hacemos las cosas correctamente, si seguimos las recetas que nos indican,...quizás así, Obama se convertirá también en nuestro presidente y haga suyos nuestros sueños.

Lo que sí podemos sacar como conclusión y aprender de esta elección es que se puede (se debe) elegir inteligentemente nuestros representantes entre aquellos que nos hablen de nuestros problemas y propongan y se empeñen solemnemente a resolverlos. Debemos aprender también que cuando no cumplen tenemos en la ley y en nuestras manos las herramientas para echarlos. Esto quiere decir que también nosotros podemos soñar un poquito, que podemos buscar entre los nuestros al indio, al morocho, al tipo distinto, que hable la lengua de todos.