15 settembre 2008

Ama Sua - Ama Lulla - Ama Killa

"Bolivia para todos"
(hacer click en las imágenes o en el título para acceder al video)

Por Santiago O’Donnell - Pàgina12 - 14-9-08
Dio pena ver por televisión esta semana a jóvenes clasemedieros bolivianos armados con palos, piedras, pistolas y escopetas tomando aeropuertos, canales de televisión y todo tipo de instituciones públicas, destruyendo mercados populares y apaleando a campesinos, en decenas de acciones de choque repartidas entre Santa Cruz, Beni, Pando y Chuquisaca, coordinadas y previamente concertadas por los gobernadores, con un diplomático estadounidense actuando como facilitador, acciones que culminaron con la masacre de quince líderes indígenas ametrallados a la vera de un camino en Pando, asesinados por un escuadrón de la muerte que respondería al gobernador, Leonel Fernández, hoy buscado por genocidio.

Bolivia te rompe el corazón. Tanto odio, tanta destrucción, tanta impotencia escenificada en una especie de pueblada burguesa en contra de los indígenas y los campesinos para mantener viejos privilegios, ante la pasividad del gobierno, de su policía y de las fuerzas armadas. El presidente Evo Morales, recientemente ratificado por dos tercios del voto, debe tragar saliva ante cada nueva embestida para evitar dar la orden que lleve al baño de sangre....
Lo más triste es que todo este caos se desató porque el gobierno impuso un recorte promedio del seis por ciento en sus transferencias a las prefecturas para pagarle una modesta jubilación a los más pobres, la llamada Renta Dignidad. Y no es que las prefecturas venían sufriendo la codicia del gobierno central, sino todo lo contrario: además de contar con uno de los sistemas fiscales más federales del mundo, la estatización de los hidrocarburos que decretó el gobierno que hoy combaten había triplicado sus ingresos en menos de tres años.

El problema principal que tienen los autonomistas es la creciente popularidad de Evo Morales. El presidente que llegó al gobierno con poco más de la mitad de los votos había prometido una reforma redistributiva pero necesitaba algún tipo de acuerdo con la oposición para sumar los dos tercios en la Asamblea Legislativa que iba a modificar la Constitución. Pero en el referéndum revocatorio del mes pasado Morales sumó más del 67 por ciento de los votos. Si repite la performance en el referéndum constitucional de principios del año que viene, entonces su Constitución habrá sido refrendada por mayoría absoluta, reelección incluida, sin necesidad de hacer concesiones.

En Santa Cruz, grupos cívicos y prefecturales mantienen ocupada la sede de la Coordinadora de los Pueblos Etnicos de Santa Cruz (Cpesc) sólo para demolerla. Hasta ayer habían sacado los techos, puertas y ventanas. Hoy derrumbarían las paredes.

La revuelta que están protagonizando los sectores más elitistas, retrógrados y racistas de la sociedad boliviana no sólo expresa el rechazo a todo esfuerzo por construir una sociedad justa y con dignidad para todos, sino que golpea sobre esta trabajosa construcción de una integración genuina del subcontinente para contar con un perfil propio en el proceso de mundialización.

La prudencia y mesura con que el presidente Evo Morales ha conducido hasta el momento la crítica situación debe contar con el respaldo contundente de todos los que entendemos a la democracia como un proceso que no se agota en los actos electorales, sino que apunta a establecer la plena igualdad entre todas las personas.

Collas de mierda” - Sandra Russo - Pàgina12 - 15-9-08
Los ecos que llegan desde Bolivia: de un racismo inadmisible e implacable.
El excelente documental de Emilio Cartoy Díaz, Bolivia para todos, que emitió Canal 7 y que sigue circulando en debates y encuentros para analizar la crisis que se agudizó radicalmente esta semana, permite tomar nota sensible de lo que las palabras y las fotos no llegan a transmitir. Las notas de la televisión tampoco. Cabe preguntarse ahora que las papas queman y hay muertos, desde dónde se mira la crisis boliviana. Los noticieros hablan del tema de una manera pasteurizada, como si se tratara de “querer” o “no querer” a Evo Morales, presidente legítimo y relegitimado.
Uno de los hallazgos del documental es haber registrado no sólo el aquelarre del racismo más repugnante, sino la manera en que la propia televisión boliviana fue adaptándose para informar sobre la rebelión de los departamentos “blancos”.

El desprecio sin fondo que los bolivianos blancos sienten por los collas y por las diferentes etnias originarias del país es una herramienta política que tiene como objetivo y presa el capital. En ese sentido, no hay desprecio histórico sin botín en el medio. Los sentimientos colectivos de manipulación, doblegación y exterminio siempre han servido de impulso para que los portadores del odio puedan quedarse con todo. El racismo, en fin, es apenas un instrumento económico.

“Fuera collas de mierda”, rezaba una pared en Santa Cruz. No era sólo una pared. Eran muchas paredes. Eran gritos también. Mucha gente como la gente gritando “fuera collas de mierda”. Lo que se cocina en Bolivia no es sólo un golpe de Estado en alguna de sus formas posibles. No es sólo un intento desesperado de los dueños del dinero por retener sus privilegios y su statu quo. Es un extracto de infamia, una muestra del veneno histórico inoculado año tras año en un país que hasta hace poco tenía un presidente que no hablaba bien el castellano, y no porque fuera colla.

La cocina ideológica y emocional de la reacción contra Evo Morales hace pensar en que cada crimen que tuvo o tenga lugar en Bolivia es de lesa humanidad.



En Bolivia se está jugando una partida que ya hemos visto otras veces. Sólo que esta vez los pueblos han madurado y se han organizado mejor. No se vuelve atrás. Ni un paso. Bolivia está yendo hacia una democracia verdadera. Con altibajos, con muchas tratativas, pero se está construyendo un país abarcador de 36 etnías olvidadas. Se está construyendo un país para todos...y no sólo para unos pocos.

Los actos violentos que la derecha boliviana están portando a término en la zona de la Media Luna, llamando a una autonomía claramente anticonstitucional, no es otra cosa que los manotazos de uno que se ahoga. El sistema feudal que ha regido casi toda Latinoamérica hasta estos días, especialmente en Bolivia, se está acabando. Los patrones de estancias que ven a su propio país como una vaca para ordeñar, y que ahora se inventan un patriotismo de bolsillo, tratan por todos los medios de mantener sus privilegios coloniales, de continuar saqueando impunemente los recursos naturales y retrotraer la democracia a los viejos tiempos de los caudillos esclavizadores.

Si bien en Bolivia estos actos son más manifiestos, se conectan globalmente a movimientos pseudo-tradicionalistas tanto en el resto de Latinoamérica como de Europa. Vemos cotidianamente los mismos tics, las mismas modalidades, las mismas tácticas en Argentina, en Ecuador, en Venezuela, en México, pero también encontramos, --hasta los mismos colores--, en la Lega Nord de Italia.

Es una derecha que usa muy bien los medios de comunicación de masas, que se apropia de los discursos y de las palabras del pueblo, que carga emotivamente su accionar con sentimientos válidos sólo para el pueblo. Cree esconder así su verdadero interés: seguir saqueando nuestros martirizados países para mantener sus privilegios de casta. Son personajes que se miran culturalmente en el espejo de los EEUU y que trasudan racismo por todos los poros contra sus propios compatriotas. Quizás ni se den cuenta de lo pequeñitos que son. Ignorantes completos, sonríen como idiotas ante los yanquis, que ellos creen que son sus socios paritarios, como si el hecho de haber compartido una mesa con algún gringo los hiciera también a ellos un poquitín más rubios. Es una derecha berreta, patética, que recurre al asesinato y a la masacre para imponer su sinrazón. Pensar, no piensa. No le dá. Sentir, no siente. Tampoco le dá. A pesar del discurso que quieren vender, donde tratan de mostrarse como los “pilares del país”, tienen los piés de barro y se caen solos. La historia siempre los ha catalogado como parásitos...y siguen siendo eso: cucarachas que viven de la mierda ajena. Pierden, esta vez pierden. Esta vez, la historia no vuelve atrás.

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