A los 65 años, murió ayer el músico Rick Wright
El tecladista de Pink Floyd murió ayer a los 65 años, víctima de un cáncer. De bajo perfil y ajeno a las luchas de egos que mantuvieron sus compañeros Roger Waters y David Gilmour, el músico contribuyó a definir el sonido de la banda y participó decisivamente en la composición de clásicos como “The Great Gig in the Sky” y “Echoes”.
El tecladista de Pink Floyd murió ayer a los 65 años, víctima de un cáncer. De bajo perfil y ajeno a las luchas de egos que mantuvieron sus compañeros Roger Waters y David Gilmour, el músico contribuyó a definir el sonido de la banda y participó decisivamente en la composición de clásicos como “The Great Gig in the Sky” y “Echoes”.
La noticia del fallecimiento de Richard Wright, ayer, a los 65 años, víctima de un cáncer fulminante, apenas mereció la atención de las agencias periodísticas y fue considerada prescindente por los noticieros televisivos. El criterio de jerarquización de la vida y la muerte operó en su caso con cierta lógica pragmática. Wright nunca fue noticia. Su nombre quedó inscripto en la historia sólo como partícipe necesario del monstruo que lo superó y lo sobrevivirá: Pink Floyd.
No hubo tampoco mayores repercusiones, ni reivindicaciones de colegas ni palabras de protocolo de algún funcionario europeo con pasado hippie. Acaso él lo hubiese preferido así.
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